miércoles, 31 de octubre de 2018

La aterradora posesión demoníaca de Roland Doe.



El caso que inspiró la película “El Exorcista”: La aterradora posesión demoníaca de Roland Doe.

En 1949 un adolescente norteamericano de 14 años sufrió un impactante caso de posesión diabólica.


Movía objetos con la mente, hablaba en otras lenguas y en su cuerpo se dibujaban palabras.


El Exorcista”, la famosa cinta de terror que el director William Friedkin filmó en 1973 y que relata la posesión demoníaca de una niña de 12 años, es catalogada sin dudas como la película más aterradora de la historia. Sin embargo, lo que pocos saben es que la historia, tomada del libro del mismo nombre del escritor William Peter Blatty, está basada en un caso real de posesión satánica que afectó a un adolescente de 14 años en las localidades norteamericanas de Maryland y Missouri, en 1949.



El adolescente, a quien la Iglesia Católica le dio posteriormente el seudónimo de Roland Doe para proteger su verdadera identidad, era hijo único de una familia de origen alemán y de creencias lutero-cristianas. Los extraños fenómenos comenzaron en propiedad en enero de 1949 en la misma casa de Roland, cuando en el dormitorio de su abuela un cuadro en el que se representaba a Jesús apareció torcido y se movía como si alguien golpeara la pared tras él. Cuando el cuadro fue enderezado, se siguió escuchando el chirrido de unos arañazos tras la pared, “como si una garra rascara la madera”. Los arañazos continuaron oyéndose durante 11 días y se detuvieron casualmente el día en que murió Harriet, una tía espiritista de Roland que le había enseñado a manejar el tablero Ouija. Cuando la mujer falleció, el adolescente habría intentado contactarla a través de la famosa y esotérica tabla. A partir de ese momento se agudizarían los problemas.

En la casa de Roland, quien había comenzado a volverse hosco y reservado y durante las noches tenía pesadillas en las que parecía hablar con alguien, se reanudaron los arañazos en las paredes, los muebles comenzaron a moverse solos y muchos objetos comenzaron a levitar. El caso llegó a oídos de un reverendo local quien, estupefacto, no sólo presenció estos fenómenos, sino que también vio como la cama del muchacho se sacudía sola y en su pecho aparecían varios arañazos en forma de letra, como “si alguien los hubiera trazado desde dentro con un cuchillo”.

El religioso, sospechando que un poder maligno había invadido el cuerpo de Roland, se puso en contacto con un especialista, el sacerdote católico Albert Hughes, quien lo primero que hizo fue visitar al chico. Llevaba consigo una botella de agua bendita y unos cirios para iluminar su habitación. Pero, a poco de entrar, la botella con agua bendita explotó y las velas, al ser prendidas, lanzaron grandes llamaradas. Cuando se acercó a Roland, que se encontraba acostado y como en estado de trance, éste le habló con una voz irreconocible y cavernosa que dijo en latín: “Oh, sacerdote de Cristo, sabes que soy un demonio. ¿Por qué me molestas?”.

Hughes de inmediato hizo dos cosas. Pidió autorización al Arzobispado de Washington para practicar un exorcismo e internó a a Roland en una custodiada pieza del Georgetown Hospital, una institución dirigida por jesuitas y atendida por monjas. Roland fue atado con correas a una cama y permaneció tumbado con los ojos cerrados, aparentemente tranquilo. Pero, al entrar Hughes en la habitación, vestido con un birrete negro, una estola púrpura al cuello y con un aspersor de agua bendita en una de sus manos, Roland despertó violentamente y con la misma voz tétrica de antes le ordenó quitarse la cruz que llevaba oculta. Asimismo habría comenzado a proferir juramentos en lengua semítica y aramea mientras en su pecho comenzaban a aparecer nuevos arañazos en forma de palabras.

El padre Hughes se arrodilló junto a la cama de Roland y comenzó a recitar las oraciones previas para preparar el exorcismo. Pero, después que dijera la frase “Mas líbranos del mal”, Roland logró desasir una de sus manos y arrancó una pieza metálica del somier. Con la misma pieza Roland hizo una gran rajadura en el brazo izquierdo del sacerdote, desde el hombro hasta la muñeca, herida que debió ser curada posteriormente con más de 100 puntos. El exorcismo fue suspendido de inmediato.

La familia de Roland decidió trasladarlo a una casa de unos parientes ubicada en Saint Louis, Missouri. Allí fue visitado por dos personas: el sacerdote y profesor de Teología Raymond Bishop y el sacerdote William S. Bowdern, un hombre catalogado de santo por las personas que lo conocían. Según las instrucciones del Arzobispado de Washington, sería el padre Bowdern el encargado de hacer el exorcismo, el que debería ser realizado en secreto aunque anotando en un diario todos los detalles.

El 10 de marzo de 1949 Bishop y Bowdern hablaron con Roland y rezaron el rosario con él. El adolescente parecía tranquilo, pero en cuanto le dejaron solo en su habitación volvió a gritar pidiendo ayuda. Tenía dos arañazos en forma de cruz en sus antebrazos, un gran librero de 25 kilos se había movido solo colocándose ante la puerta de su dormitorio y su cama comenzó a sacudirse frenéticamente.

La noche del 16 de marzo el padre Bowdern comenzó el exorcismo. Tras rociar con agua bendita la cama, que no dejaba de moverse, comenzó a leer las oraciones del ritual. Cuando dijo: “Yo te ordeno, espíritu impuro, seas quien seas, junto con todos tus asociados que han tomado posesión de este siervo de Dios, que, por los misterios de la Encarnación, Pasión, Resurrección y Ascensión de nuestro Señor me digas mediante alguna señal tu nombre, el día y la hora de tu partida…”, arañazos cruzaron la garganta, los muslos, el estómago, la espalda y el rostro de Roland. En su pecho apareció la palabra “hell” (infierno) y en su zona púbica se dibujó la letra X y la palabra “go” (ir). Durante la siguiente sesión el sacerdote le preguntó al demonio su nombre, y al instante se dibujó con arañazos sobre el pecho de Roland la palabra “spite” (rencor o malevolencia).

A medida que el exorcismo avanzaba, el estado de Roland crecía en violencia y espanto. Hablaba y gritaba con una voz ronca, reía con una carcajada diabólica, insultaba a los sacerdotes y maldecía al oír las plegarias o el nombre de Jesús. Y en los pocos momentos de calma proyectaba un aura siniestra que los exorcistas llaman “el roce de satanás”.

El día 18 de abril, luego que el joven fuera ingresado en el hospital de los Hermanos de los Pobres de Saint Louis, se libró la última batalla contra el maligno. Los religiosos pusieron en la habitación una estatua del arcángel San Miguel venciendo al dragón antes de que el padre Bowdern pronunciara las últimas letanías del exorcismo. A los pocos minutos, de la propia boca de Roland, salió una voz nueva, límpida y profunda: “Satanás, Satanás, soy San Miguel y te ordeno a ti y a los otros espíritus malignos que abandonéis el cuerpo en nombre de Dominus, inmediatamente, ¡ahora, ahora, ahora!”. Entonces, durante varios minutos, Roland se debatió violentamente entre espantosas contorsiones. Luego, tras detenerse abruptamente, éste dijo con toda calma a todos los presentes: “Se ha ido”. A la mañana siguiente comulgó en la capilla del hospital y por la tarde durmió una larga siesta. Y cuando despertó parecía no recordar nada de su penosa experiencia. “¿Dónde estoy? ¿Qué ha ocurrido?”, les preguntó a los sacerdotes.

Cuando Roland se marchó del hospital, su habitación fue clausurada con llave. En un cajón con llave del velador permaneció el diario escrito por el padre Bishop, el cual sólo fue dado a conocer en 1978 (nueve sacerdotes y 39 testigos firmaron un documento en el que afirmaron que el caso de Roland Doe fue un caso de posesión demoníaca auténtica).

Con respecto a Roland Doe, se asegura que después de la pesadilla por la que pasó tuvo una vida absolutamente normal. Se casó, fue padre de dos hijos, ejerció un empleo gubernamental y se radicó en los alrededores de Maryland. Y siempre se negó de plano a relatar o lucrar con su increíble historia.

En agosto de 1949, William Peter Blatty, un joven estudiante de literatura de la Universidad jesuita de Georgetown, leyó en el diario The Washington Post la siguiente noticia: “Un sacerdote libra a un joven de las garras del demonio”. 20 años después, tras investigar meticulosamente los hechos y cambiar a petición del padre Bowdern la verdadera identidad del protagonista por la de una niña, escribió una novela que tituló “El Exorcista” y que vendió 13 millones de copias. Dos años después, el libro sirvió de base para el guión de la película más aterradora de toda la historia, la primera en su género en ser nominada al premio Oscar y que también traería su propia carga de maldiciones. Pero esa es otra historia.

martes, 30 de octubre de 2018

La leyenda del Rey de Los Gatos




Los gatos son animales un tanto misteriosos: van y vienen a su gusto, y ni siquiera su dueño puede saber con seguridad donde han estado, ni a donde piensan ir, ni mucho menos qué ideas pasan por su pequeña cabecita. No en vano la tradición los asocia a las brujas y a los magos o los presenta incluso como personificación del demonio, haciendo así que el propietario dependa de su mascota y no al revés.


Una inquietante sospecha acerca de nuestros amigos felinos a la cual dan forma varias leyendas y narraciones populares es la de que llevan una vida secreta, que entre los gatos existe una estructura social compleja y análoga a la nuestra, acerca de la cual no sabemos nada porque ellos la mantienen oculta.


Y existe un Rey de los Gatos, dicen varias leyendas de Irlanda, Inglaterra y Escocia, que se pasea entre nosotros de incógnito.


La siguiente historia fue recogida por Charlotte S. Burke en tierras escocesas en 1884. Existe también una versión inglesa, recopilada por Joseph Jacobs en More English Fairy Tales, mucho más difundida y popular, pero que a mí me gusta menos ya que se aleja de lo fantástico y lo legendario para acercarse al cuento maravilloso. Por tanto, aquí he seguido la otra versión. Y cuenta lo siguiente:

Dos jóvenes de Edimburgo habían alquilado una pequeña casa en un lugar remoto al norte de Escocia. Su intención consistía en pasar allí el otoño, aprovechando para practicar el noble deporte de la caza en los bosques adyacentes. Junto a ellos vivía una anciana a la que habían contratado para que les hiciese la comida, así como el gato de esta y varios perros.

Normalmente, ambos jóvenes salían a cazar juntos, pero una tarde uno de ellos prefirió quedarse en casa. Así que el otro cogió su escopeta y partió sólo en dirección al bosque, prometiendo primero, eso sí, que regresaría antes de la puesta del Sol.

Sin embargo, pasaron las horas y no aparecía. Su amigo esperaba cada vez más preocupado. Ya se había hecho de noche y quedaba muy atrás la hora habitual a la que cenaban, cuando, finalmente, el cazador regresó. Según le pareció al otro joven, traía el rostro muy pálido y aspecto de estar exhausto.

Hasta que no hubieron cenado, no accedió a contar a su amigo lo que le había sucedido. Estaban sentados frente al fuego, con los perros tumbados a sus pies y el gato negro de su cocinera adormecido entre ellos, cuando comenzó a hablar:

―Bien, quieres saber qué ha ocurrido para que haya llegado tan tarde, y te lo contaré, pero has de saber que se trata de algo tan extraño que ni yo mismo estoy seguro de que haya acontecido en realidad.



“Me encontraba en el camino del bosque, apenas a unos veinte minutos de aquí, cuando descendió una espesa niebla que me hizo perder completamente el sentido de la orientación. Intenté ubicarme y regresar en dirección a la casa, pero, al parecer, no hice más que adentrarme entre los árboles. Para mi desesperación, no tardó en hacerse de noche.”

“De repente me pareció ver una luz moverse entre la niebla y la creciente oscuridad. Decidí seguirla a ver si me conducía a algún lugar habitado. Ya había avanzado unos cien metros tras ella cuando se apagó. Como estaba justo al lado de un roble de aspecto robusto, me subía a él a ver si desde algo más arriba era capaz de volver divisar la misteriosa luz. Y vaya si lo hice.”

“Resulta que estaba justo al otro lado del árbol. Desde las ramas vi bajo mi posición ―y aún no entiendo muy bien como puede ser esto― lo que parecía una iglesia. Se oían cánticos, y alcancé a ver que se estaba celebrando un funeral, pues había un ataúd rodeado de antorchas. Pero quienes llevaban esas antorchas…, oh amigo mío, no me creerás cuando te diga quienes portaban aquellas antorchas.”

Y ahí detuvo el joven su narración, alegando que le tomaría por un loco si contaba el resto de la historia. Pero tanto le insistió su amigo para que concluyese el relato que al final acabó accediendo. La expectación flotaba en el ambiente, e incluso el gato de la cocinera parecía escucharles con extremada atención, casi como si pudiese entender lo que decían.

―De acuerdo, pues esto es lo que sucedía: las manos que sujetaban las antorchas y el ataúd eran pequeñas y peludas y tenían las uñas afiladas. ¡Sus propietarios eran gatos, te lo juro, gatos! ¡Y sobre la tapa del ataúd había grabadas una corona y un cetro!

Al decir esto originó un tremendo caos en la habitación: el gato negro de la cocinera comenzó a correr dando vueltas por las paredes a una velocidad inverosímil, y a los dos hombres les pareció oírle exclamar con una voz extraña pero perfectamente comprensible: “¡Por Júpiter, el viejo Pete ha muerto. ¡Ahora yo soy el Rey de los Gatos!”. Tras lo cual se dirigió hacia el fuego, lo esquivó con un hábil salto y desapareció chimenea arriba. Nunca más lo volvieron a ver.

lunes, 29 de octubre de 2018

El Ritual de Amo y el Esclavo


Este ritual es muy poco conocido y sencillo de realizar, se trata de un rito muy oscuro y perturbador que puede conllevar serias consecuencias, ya que puede representar un peligro para la cordura e incluso la vida de quien lo realiza y sus allegados.

Pero, antes de intentarlo deberías preguntarte si eres una persona sin ningún tipo de pudor, dispuesta a arriesgar todo por conseguir sus metas y sin ningún tipo de escrúpulo por arriesgar la vida de los demás, incluida la de su fiel mascota. Si es así, enhorabuena este es tu ritual.


Este consiste en invocar a una entidad demoniaca menor a través del cuerpo de un animal, la cual se volverá nuestra esclava. Este demonio nos seguirá a donde quiera que vayamos y solo nos obedecerá a nosotros, porque somos su amo.


Sin embargo esto tiene un precio a pagar, puesto que el demonio esperará algo de nuestra parte y debemos mantenerle complacido en sus deseos.

El juego se lleva a cabo de la siguiente manera: primero hay que salir a la calle en busca de un animal sin dueño, gatos y perros son lo más común. Hay versiones que manifiestan que si el animal ha sufrido abandono y experiencias traumáticas a lo largo de su vida será mucho más fácil para la entidad someter su alma, pero esto es algo que no queda claro. Debes mantener el animal el suficiente tiempo como para que se forme un vínculo de fidelidad entre vosotros dos, cuanto más fuerte sea este más fácil será mantener la fidelidad de ese demonio.

Una vez elegido al animal sobre el que invocaremos al demonio. Necesitaremos una noche sin luna, preferiblemente de Noviembre, que es el mes en el que más poder acumula la entidad que intentamos invocar. Cuando se den las condiciones oportunas echaremos al piso a nuestra mascota y colocaremos las manos sobre el animal, acariciándolo y pronunciando las siguientes palabras:

-Lebara, levántate, Lebara, emana, Lebara, profana, el cuerpo de este ser con magia pagana, ven a mí, tu amo, si acaso yo te llamara-.

Si todo ha salido bien, sentirás como el pobre animal exhala su último aliento de vida y podrás sentir como con esto su alma abandona el cuerpo hasta quedarse totalmente helado. Deberás esperar un momento mientras sientes como la temperatura del cuarto en el que estás desciende y la oscuridad lo inunda. Poco a poco el animal comenzará a sentirse caliente, sin parar de acariciarlo, este se levantará, te mirará a los ojos y reconocerá en ti a su amo.



Pero cuidado, no debes confiarte. Este ya no es el animal que acogiste, se llama Lebara, y puede hacer lo que le pidas, inclusive matar a alguien, algo que de hecho tendrás que hacer tarde o temprano. Debes satisfacer sus necesidades. Lebara mata sin piedad, y prefiere salir de noche, no es un perro o un gato, o lo que sea que utilices, ahora, es un demonio, tú eres su amo y debes actuar como tal.

Lebara te pedirá víctimas de las que alimentarse, de cuya sangre y vísceras se alimenta. No podrás negarle lo que te pida de lo contrario Lebara devorará y se llevará las almas de algunas de las  personas más importantes en tu vida. Este ser es negro, malvado y asqueroso, con el tiempo su hambre crecerá y te exigirá más muertes de las que poder alimentarse. Esto es algo que posiblemente te sobrepase.

No olvides que este ser espera algo de ti y si no se lo das se encargará de que seas infeliz, intentará debilitarte desde dentro hasta destruirte. Irás quedándote solo, tu familia y amistades desaparecerán. Llegará un momento en el que no podrás más y será en ese momento cuando Lebara conseguirá lo que desde un principio vino a buscar, tu oscura alma.

Después de todo ¿merece la pena pagar ese precio?

ADVERTENCIAS: Lebara “el profanador” es una entidad demoniaca menor que según dicen se crió con un perro salvaje, cometió perjuro asesinando a sangre fría a sus hermanos y hermanas. Es considerada cruel, maligna y astuta, por lo que intentará engañarte si tiene ocasión. Se dice que antes de morir fue engañado por un demonio de la 7ª jerarquía llamado Abbadon que le incitó a suicidarse.

Sus primeras subidas al mundo eran de lo más aburridas y casuales, dejaba hacer lo que los demás querían y cuando estos se confiaban hasta descuidar su pacto, se quedaba con aquello que lo alimentaría por toda la eternidad. El alma de su víctima y sus allegados, a la que posteriormente atormentaría por toda la eternidad.

Hay algunas recomendaciones importantes a tener en cuenta. No debes agredirlo, él te obedecerá en cuanto pueda pero no olvides que no es una mascota. Convendría que lo mantuvieras lejos de tus seres queridos si queremos evitar problemas. No le gusta la luz. Pero sobretodo, asegúrate de que no haya en casa biblias, crucifijos u otros símbolos religiosos, podría enfadarse y podrías sufrir las consecuencias.

jueves, 25 de octubre de 2018

Joliet el contenedor de almas


Joliet el contenedor de almas 

La historia se remonta a cuatro generaciones atrás, con la bisabuela de Anna. Vivía en un pequeño y solitario pueblo alejado de la ciudad. Un lugar donde todos se conocían debido a la poca población.
En ese entonces Ermiña, la bisabuela de Ana estaba embarazada de gemelos, un niño y una niña.

Su vecina un día aparentemente como gesto de buena voluntad, le regaló una muñeca, era pequeña y sus ojos verdes eran maravillosos. Sobre ellos había dos delgadas cejas pintadas, su cabello era rizado y hermoso. En general, era una muñeca preciosa, Ermiña la aceptó con mucho gusto y le dio el nombre de Joliet.

El tiempo pasó, y los gemelos crecían dentro de ella, y al cabo de nueve meses nacieron esas criaturas, pero este fue solo el comienzo del horror.

Al cabo de tres días de nacido, murió su hijo de una manera inexplicable.

La señora estaba devastada, sin embargo aún le quedaba su hija a la que le puso Nadia y debía luchar por ella. Poco después, se enteró que su vecina por envidia y para afectarla, le había regalado aquella muñeca maldita. Pero eran sólo cosas que contaba la gente y creía firmemente que eran tonterías.

Pasaron los años y la pequeña niña se convirtió en una mujer, se caso y tiempo después su madre Ermiña falleció.

Pero una de las pocas cosas que le heredó fue su pequeña muñeca Joliet.

Nadia se fue a vivir con su marido, eran tan felices y su posición social era tan buena que decidieron tener hijos.

Primero tuvieron a una niña, Angélica, tiempo después a un niño, pero es aquí donde todo comenzó a poner tétrico. Una noche estando dormidos escucharon un llanto de bebé proveniente de la sala, era algo completamente extraño, ya que sus hijos dormían con ellos.

Se despertaron por los fuertes llantos y un cierto miedo provocó que tanto Nadia como su marido se quedaran en su cuarto y no salieran de el por nada del mundo.

Jamás olvidarían ese momento, pues a los tres días de haber nacido su hijo, murió.

De algún modo relacionaron ese misterioso suceso nocturno con el fallrcimiento de su pequeño, pero lo tomaron como una especie de señal divina y lo dejaron pasar.

Desgraciadamente eso no paro ahí, tiempo después se percataron de que los llantos provenían de Joliet.

Angélica creció y a temprana edad se casó. Al fallecer su madre se quedo con la muñeca que ya consideraba una reliquia familiar. Lamentablemente de igual modo, hubo un hijo que murió a los tres días de nacido.

Después de superar su muerte, tuvieron a Anna.

Una tarde Angélica se encontraba en la cocina preparando la comida cuando de pronto el llanto de un bebé se escuchó desde su habitación. Inmediatamente corrió hacia ella porque creia que algo había pasado con Anna quien aún era un bebé.

Al llegar se dio cuenta que ella estaba profundamente dormida, eso le dio unos terribles escalofríos, pues recordó que que Nadia, su madre, le había contado alguna vez que escuchaba llantos de bebe en su casa aun cuando no hubiera ningún bebé. Pero lo peor era que recordó que le decía que los lloriqueos provenían de Joliet.

Angélica tomó a su hija Anna en brazos y se la llevó a la cocina. De pronto volvió a escuchar esos gimoteos pero ahora parecían que eran más de un bebé. Con el tiempo llegó a una terrorífica conclusión:

Esa muñeca Joliet, contenía las almas de los niños que habían fallecido en su familia generación tras generación.

Actualmente, Anna también perdió a su hijo tres días después de haber nacido. Y dice que escucha los mismos llantos de bebés muy frecuentemente.

Lo peor es que ahora no son llantos dolorosos y espeluznantes, sino gritos aterradores. Todos esos ruidos provenientes de Joliet.

Anna acepto que su familia tiene la maldición de perder al hijo varón al tercer día de nacido y así será hasta que su dinastía termine.

Cuando le preguntan por qué no se deshace de la muñeca, ella responde que es horrible perder a los hijos, pero que es aún peor perder también sus almas. Por esta razón piensa heredarle la muñeca a su hija para seguir con la tradición. Toda la familia le tiene cariño a Joliet por ésta creencia.

El monstruo en mi habitación


El monstruo en mi habitación 


Acostado en mi cama por la noche, sumergido en la oscuridad, siendo únicamente acompañado por las estrellas.

Temo por mi integridad física al escuchar pasos en el pasillo del lado de mi puerta, pues sé que el monstruo ya viene.

Me oculto en mis sábanas, me tapo hasta la cabeza; espero que no me encuentre aquí.

Llega, se para del lado de afuera, trata de abrir, está cerrada; raspa con sus filosas garras tratando de pasar, no obtiene resultado.

No conforme, toma la puerta del picaporte y comienza a embestirla, está muy decidido a derribarla; lentamente la cerradura comienza a romperse, no durará mucho.

Aterrado, me enrollo en mi cobijo por completo, quizás esta vez dé resultado; no lo creo. Se le oye furioso, es consciente de que yo trabé la puerta para que no entrara.

Pasan varios minutos desde que el monstruo está golpeado. Mi ángel no acude en mi ayuda, no, es imposible, él ha matado a mi protector; su amor no fue suficiente contra sus dientes y garras, el monstruo era un enemigo superior, él prevaleció.

La puerta que nos separa ya está desmoronándose, no aguantará.

Finalmente, la cerradura cae vencida, otra vez, él prevaleció. Lentamente entra en mi habitación marcando sus pasos, se acerca a mí. Rasguña lentamente mi cama, sabe que estoy despierto.

Cierro los ojos y trato de pensar en otra cosa, no tengo escapatoria, de nuevo me atrapará, como siempre. Abrazo mis sábanas con todas mis fuerzas, pero él simplemente me despoja de ellas de un tirón; me tiene nuevamente.

Sus sucias garras tocando mis piernas, la forma en la que me acaricia el pelo, su sonrisa de emoción y maldad formada por dientes filosos y puntiagudos, ¡es tan asqueroso! ¿Qué me hará esta vez? ¿No fue suficiente con las otras decenas de ocasiones? ¿Nunca estará satisfecho? Mi ángel, por favor, si de alguna forma me puedes escuchar, ven a ayudarme...

Hombre en habitación

domingo, 21 de octubre de 2018

La Leyenda del Chupacabras

El chupacabras


Quien no recuerda aquel mítico animal o bestia por el cual mucha gente temía. ..

La leyenda del chupacabras se alimenta con historias y relatos que tienen como protagonista a un animal de aspecto inusual y temerosos ojos rojos. Este animal fue durante muchos años fue la representación de uno de los personajes más temidos en las zonas rurales del continente americano.

La leyenda del chupacabras comenzó a mediados de los años 90, cuando en varias zonas de México y Puerto Rico se empezaron a registrar casos de ganado y animales domésticos que aparecían muertos en los terrenos de los campesinos y hacendados. A diferencia de los ataques comunes, estos tenían una característica extraña; a todos se le extraía la sangre, pero los cuerpos no eran devorados por el atacante.

Tomando en cuenta que el primer ataque se registró en la Moca, Puerto Rico, la peculiar criatura fue bautizada como el Vampiro de Moca. Más tarde fue el comediante puertorriqueño, Silverio Pérez quien le dio el nombre del chupacabras.

El aumento de casos similares que se extendieron en otros países del continente como Venezuela, Brasil, Bolivia, Argentina y Chile, hasta alcanzar toda la región, hizo que las autoridades iniciaran investigaciones para determinar qué especie era la responsable de los ataques.

En principio se partió de la descripción que daban los testigos de los avistamientos, quienes insistían en describir al animal como un invertebrado de color verde, con colmillos y cuernos en la espalda. Sin embargo y dado que las primeras descripciones habían salido en la prensa, convirtiéndose en objeto de dominio público, poco a poco se descartó su veracidad.

El extraño caso del chupacabras tomo carácter científico y los expertos de la Universidad de Michigan se dedicaron a realizar exámenes, tomando como evidencia un número de animales muertos en Estados Unidos y en Latinoamérica en situaciones similares.

El estudio arrojó que los animales pudieron ser atacados por coyotes infectados con el parásito sarcoptes scabiei, causante de la sarna, pero considerando que este tipo de aves se caracterizan por cazar animales pequeños y dejar otro tipo de rastros, los resultaron no fueron del todo convincentes.

El hecho de que la comunidad científica no pudiese ofrecer una conclusión sin lagunas no hizo sino aumentar la leyenda del chupacabras y avivar el temor de los pobladores de las zonas rurales ante un ataque por este animal de temerosa apariencia.

Desde que comenzaran los primeros avistamientos, cada cierto tiempo aparecen testigos que han creído ver y hasta capturado al verdadero chupacabras.

En julio del 2014 una mujer residente en Texas, Estados Unidos, encendió las alertas sobre el supuesto avistamiento del chupacabras en su patio trasero. El hecho despertó la curiosidad de la comunidad, haciendo que se movilizaran los organismos de sanidad, pero tiempo más tarde se determinó que se trataba de un coyete infectado con sarna.

Aunque ahora las denuncias de asesinatos de animales en forma masiva y con este tipo de características ocurren con menos frecuencia, la falta de explicación irrefutable hace que la leyenda del chupacabras se niegue a desaparecer....

viernes, 12 de octubre de 2018

LA LEYENDA DE LA MUJER EMPAREDADA DE MONTERREY



Un día la mujer dejó de ser vista por el barrio ahí por la calle de Raymundo Jardón, a los vecinos les extrañaba que no se dejara ver, ya que era muy dada a platicar con cuanto hombre se le atravesara en la calle, a pesar de que era casada.

Ella llevaba una vida muy desenfadada, la posición económica de su marido así se lo permitía.

El esposo que tenía una fábrica de hilados en el centro de Monterrey, se pasaba buenas horas del día al pendiente de los pedidos locales y para surtir a otras poblaciones del país, su negocio estaba muy acreditado por la calidad de los productos y el trato honorable que el ofrecía a sus clientes.

En el barrio las vecinas hablaban de la esposa y decían, ¡mírala! el marido trabajando como burro con sus hilados y ésta dándole vuelo a la hilacha y así pasaron los años y desfilaron por el barrio una buena cantidad de hombres que se llevaron un pequeño hilo de la madeja de la esposa.

Por supuesto que el marido sabía de la vida que llevaba su mujer, varias personas cercanas a él le decían muy confidencialmente que ordenara a su señora, que se dedicara más a su casa y a ella, claro que al hombre le resultaba penoso y le hería su orgullo que le dijeran esas cosas.

Y así un buen día tomó la determinación de capacitar a un empleado para que fuera tomando paulatinamente sus labores en su fábrica de hilados, sobre todo la atención a los clientes, que eran la columna vertebral del negocio, así fue y así quedó.

Un día ya no se levantó temprano para ir a su empresa y la mujer le preguntó que si se sentía enfermo, él le contestó que sí, que algo indispuesto pero nada grave, que deseaba reposar un poco, al escuchar la respuesta la esposa le dijo que si no era tan grave entonces ella iba a misa y posteriormente a hacer sus compras al mercado y se fue muy campante a su vida loca del diario.

El esposo la siguió sin que esta se diera cuenta y si, si fue a misa pero nada más entró y se salió por la puerta adyacente de la iglesia para encontrarse con el galán en turno.

El marido al ver aquella escena, se regresó a su casa más que enojado y preparó su plan, esto no podía seguir así.

Al medio día llegó al mujer con algunas pocas cosas del mandado y preparó cualquier platillo para darle de comer a su esposo, diciéndole que al terminar de comer, se tendría que marchar para hacer otras compras que le habían faltado.

El hombre le dijo que estaba bien que al regresar le tendría una sorpresa, ella entusiasmada le preguntó que de que se trataba, y el marido le dijo que era algo relacionado con un nuevo lugar para vivir.

Cuando llegó para la tarde casi noche la esposa de su trajín, el marido le dijo que si estaba lista para conocer su nuevo lugar para vivir, y ella le contestó que sí, para esto el señor le dijo que se pusiera un bonito y elegante vestido para celebrar y ella accedió.

Ya vestida la llevó a una de las habitaciones de la casona y le mostró un gran hueco en la pared y ella sorprendida le dijo que de que se trataba, a lo que él le respondió que por su comportamiento e infidelidades sería castigada que la iba a emparedar.

La mujer asustada quiso salir de la habitación, cosa que no le fue posible pues el marido la sujetó fuertemente con unas hilazas gruesas de las que tenía para usos de la casa.

La mujer gritaba pidiendo auxilio , pero en esa casona en los cuartos de atrás no se escuchaba nada para el exterior, por lo que nadie escuchó sus lamentos.

Termina la leyenda en donde ya emparedada la esposa infiel, seguía saliendo, pero como alma en pena, atravesaba el portón principal y caminaba levitando sin rumbo fijo por las calle empedradas.

Nunca sospecharon del marido, este solo decía que su mujer se había ido con otro hombre y la gente así lo creyó.

Tuvo que pasar mucho tiempo, para que unos albañiles haciendo unas obras de remodelación, encontraran el esqueleto de la mujer elegantemente vestida.